
La tecnología es una herramienta, no una estrategia. Cuando una empresa sufre un transformación digital, están incorporando tecnologías en sus negocios para impulsar un cambio elementary, lo que a menudo resulta en una mayor eficiencia y agilidad. Pero ese cambio no ocurre solo de la noche a la mañana, y una gran razón por la cual solo el 30 por ciento de las transformaciones son exitosas es que los CIO, CDO y CTO podrían estar perdiendo el bosque por los árboles.
El objetivo de la transformación digital ya no es convertirse en nativo digital, sino generar valor actual y tangible para el negocio. Trazar un camino claro hacia ese valor y ejecutarlo es el diferenciador entre las empresas que maximizan su estrategia y las que adoptan la transformación digital solo porque todos los demás lo hacen.
CREACIÓN DE VALOR
El ritmo de cambio en el mundo digital es vertiginoso, y es fácil quedar atrapado en la competencia para detectar las últimas tendencias. Los entusiastas digitales se mueven en los mismos círculos, leen los mismos artículos y asisten a las mismas ferias comerciales de la industria que promocionan la tecnología más novedosa. El resultado puede ser un monstruo de Frankenstein de una estrategia digital, tecnología improvisada que en realidad podría no ser valiosa para su negocio. El hecho es que la transformación digital de cada organización es única y su éxito o fracaso depende de su propio nivel específico de optimización.
En su forma más básica, la transformación digital es una combinación de dos cosas: digitalización y optimización. La digitalización ha existido por un tiempo y solo significa digitalizar información o hacer que los datos estén disponibles en un formato digital. La optimización (también conocida como “digitalización”) se centra más en los procesos e implica el uso de esas tecnologías digitales para operar los sistemas de manera más eficiente. La capacidad de una empresa para unir la digitalización con la optimización determinará el valor de su transformación.
CHARLA TÉCNICA
El cambio actual ocurre al escuchar, no al hablar. A menudo, los CIO, CDO y CTO se dejan llevar por la emoción de una transformación y simplemente transmiten edictos de que la empresa se está “volviendo digital” sin determinar primero la estrategia o crear KPI que puedan medir adecuadamente el impacto. ¿El resultado? Planes contradictorios, cronogramas variables y enfoque fragmentado. (Y mucho tiempo y dinero desperdiciados).
En cambio, una transformación digital debe comenzar definiendo objetivos y expectativas comerciales en todo el equipo de liderazgo y alineando esos objetivos y expectativas con los jefes de departamento para garantizar que su visión coincida con la realidad. A partir de ahí, en lugar de intentar cambiar toda una organización a la vez, es mejor ver una transformación digital en capas: ¿cuáles son las áreas de importancia, cómo se comparan entre sí y cómo puede condensar las necesidades operativas en todos los departamentos?
Think about que es el CIO de una gran marca de bienes de consumo empaquetados con aproximadamente 50 000 empleados en más de 40 departamentos que ofrecen cientos de productos a millones de clientes. Su ecosistema tecnológico sería un caos de mainframes heredados, sistemas de almacenamiento de documentos obsoletos, procesos dispares, equipos de TI sobrecargados, sistemas listos para usar con baja adopción por parte de los usuarios y un conjunto inestable de canales digitales orientados al cliente. ¿Cómo encapsula todo esto en una pizarra y crea una hoja de ruta de transformación digital?
Aquí es donde intervienen las capas. Tratar de encontrar soluciones tácticas para cada uno de estos problemas individuales conduciría a silos, múltiples sistemas personalizados y procesos fragmentados. Sin embargo, al agrupar problemas comunes en capas, desarrollará un marco estratégico mucho más manejable.
CAPAS Y FASES
Hay seis capas para cualquier transformación digital, cada una de las cuales condensa áreas de enfoque clave:
Datos – ¿Cómo almacena y recupera datos de forma segura? ¿Cómo escalas? ¿Cómo garantiza la integridad de los datos y evita la redundancia/duplicación?
Solicitud – ¿Cómo aplica los datos para ejecutar sus operaciones comerciales diarias? ¿Cómo se democratiza el acceso a los datos proporcionando una capa centralizada de extracción y distribución?
Proceso – ¿Cómo agiliza sus procesos de negocio?
Experiencia – ¿Cómo interactúan sus clientes internos (empleados) y externos con los procesos y sistemas? (IU/UX)
Colaboración – ¿Cómo colaboran de manera más efectiva los equipos multifuncionales para hacer el trabajo más rápido?
Inteligencia – ¿Cómo obtiene información de los datos y aplica la inteligencia al trabajo que realiza?
Cada capa debe pasar por sus propias fases distintas de digitalización y optimización para dar como resultado una transformación exitosa (y holística). La forma en que una empresa outline su propia transformación depende de múltiples factores exclusivos de la organización, incluido el presupuesto, los recursos disponibles y la capacidad de innovación a lo largo del tiempo. Esto es lo que hace que la verdadera transformación sea un viaje sin fin, de la misma manera que la satisfacción del cliente es una búsqueda sin fin.
JUGAR EL JUEGO LARGO
Aquellos que buscan embarcarse en su propio viaje de transformación digital deben estar preparados para las realidades de trabajar sin una meta. Es un proceso de aprendizaje continuo, pero que finalmente creará una operación más cohesiva, eficiente y moderna. Mediante el uso de las capas y fases de una transformación digital como marco, los CIO, CDO y CTO pueden construir un sistema que funcione en toda su organización y realmente agregue valor a largo plazo.